jueves, 19 de mayo de 2011

Sin etiquetar

Le han puesto el nombre de revolución. The spanish revolution. Que a mí, la verdad, en inglés me da un poco de risa. Pero, por qué hay que ponerle a todo un nombre antes de que empiece. Los nombres deberían responder al contenido, y no ser un simple cartelito identificativo, una etiqueta que clasifique.

Como en Ghana. El nombre de alguien puede ir cambiando durante su vida y es la vida quien lo define. Aunque ya ha pasado algún tiempo, recuerdo algunos de ellos. Las personas tenían un nombre diferente que se iba completando según el día de la semana en el que nacieran, según si eran niños o niñas, si eran el primer de cuatro hermanos o el segundo de cinco, si tenían un hermano gemelo… y, por supuesto, si habían pasado por el bautismo tenían su nombre cristiano, elegido arbitrariamente en el momento del bautismo. Pero perdón, que éste no era el tema.

La cuestión es que está pasando algo en España . Algo que viene desde muy lejos y ha venido gestándose sin un nombre. Sin cartelito, o con muchos de ellos. Desde esta islita que adoro, sin embajada que convertir en plaza, pero indignada desde hace algún tiempo, no puedo sino leeros. Leeros a todos y agradeceros. Desde el día 15 de Mayo y aumentando por minutos la intensidad, no puedo despegarme de Internet. No puedo dejar de buscaros, de veros, de escucharos, de comprobar definitivamente que lo que dicen los periódicos (LOS periódicos) y lo que contáis vosotros no es lo mismo. Y de emocionarme y querer estar ahí, en cualquiera de esas plazas tomadas. De reírme de indignación porque nos pidan propuestas. Ellos tienen los medios y han tenido el tiempo, ¿y nosotros tenemos que darles propuestas?. Pues que nos dejen espacio, que ahí vamos… Pero claro, por si acaso, prohibiendo. No sea que algo (y algo sin nombre) les tambalee el pisito.

Pues eso, que desde aquí, tan lejos, no puedo pisar la plaza. Pero devoro los videos que vais colgando, los artículos, las opiniones, las propuestas, las respuestas… Desde aquí seguiré este movimiento y, como decía un señor con barba (ni el movimiento ni las personas tienen nombres…) cuando le preguntaba una periodista “cómo le gustaría que acabara todo esto" (yo le cito), NO ME GUSTARÍA QUE TERMINARA…


el mapa
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