lunes, 28 de febrero de 2011

hacia Fogo

El martes es Carnaval (imagino que en todo el mundo) y aprovecho para escaparme a conocer otra islita. Gracias a Vale por empujarme hacia el volcán... A la vuelta, fotos.

las cosas son como son

Y quién sabe por que justo hoy la recuerdo a ella? Será porque me ha dado por pensar cómo a veces retorcemos la realidad y le pedimos más y más y más...?
O será simplemente porque lo merece...


La mujer rana
y el hombre rana
se casaron

y en vez de tener perdices
tuvieron tres renacuajos.


Gloria Fuertes.

miércoles, 23 de febrero de 2011

calor

El sol ha estado unos días más quieto, Le dejó al viento ser protagonista y el viento nos trajo fresquito, pero hoy ha vuelto a dejar claro que aquí quien manda es él. Y que ni hay viento ni lluvia ni nada que pueda competirle.

domingo, 13 de febrero de 2011

invierno (o el pan nuestro de cada día, que no nos dan hoy)

Estos días un viento violento remueve la costa generando una niebla espesa de arena e impidiéndonos ver Santiago, la isla vecina que normalmente nos acompaña y nos recuerda que hay algo más allá de Maio. Porque, a veces, si no la viéramos con nuestros propios ojos seguramente sería muy fácil ovidarnos. Estos días el viento no nos deja ver Santiago, pero tenemos un barco que viene religiosamente cada jueves y nos llena las tiendas y las comidas de alimentos variados evidenciándonos que Praia está aquí mismo. Veremos cuánto dura.

Hace unas semanas, con días hermosos de sol resplandeciente y cielo claro, veíamos hasta la Isla de Fogo por detrás de Santiago, pero a mí me daba por pensar que era un espejismo. Que era inconcebible la idea de que la capital del país se encontrara sólo a 40 km. Que era imposible que el Gobierno sometiera a una de sus islas (supongo que por ser la menos poblada y por tanto con menor número de votantes?) a semejante abandono… En Praia a veces parecen olvidar que Maio existe. Hubo una avería y quedamos ocho semanas a la deriva, sin ver un barco aún viendo tierra. Sólo los pequeños botes de pesca y los no-ta-pequeños yates de turistas. Nos quedamos sin frutas y verduras. Ni qué decir del arroz, para qué hablar de vino o de agua embotellada. Evidentemente no había cemento en Maio. Nos quedamos sin harina y hasta el pan se convirtió en un recuerdo...

sábado, 5 de febrero de 2011

sábado

El agua caléntandose para tomar un baño. La cabeza comenzando su quejido migrañero. El cansancio queriendo llevarme a la cama. Alguien esperando para comer spaghetti en la playa. Y por supuesto un montón de trabajo acumulado.